17 de Junio- Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía


En 1994 la Asamblea General de las Nacionales Unidas declaró el 17 de junio el Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía (Resolución 49/155). La Fundación Patagonia Natural nos recuerda su importancia en un contexto poco alentador signado por la ceniza del volcán Puyehue.

El 17 de junio se celebra el Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía, proclamado el 19 de diciembre de 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas; asimismo, en este día se conmemora la entrada en funcionamiento de los principios de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. Según la Web del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (www.pnuma.org) en este día se invita “a los gobiernos de todo el mundo a que dediquen este día a sensibilizar a la opinión pública respecto a la necesidad de la cooperación internacional en la lucha contra la desertificación y los efectos de la sequía, y a la aplicación de las disposiciones de dicha la Convención”.

Cabe destacar, que Argentina suscribió a esta Convención en el año 1994, ratificada en 1996 por el Honorable Congreso de la Nación, mediante el dictado de la Ley 24.701. La Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable (hoy Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable), Punto Focal Nacional en Desertificación, inicia en 1995 la elaboración del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAN), coordinando una discusión amplia con todas las instituciones y organismos públicos nacionales y provinciales, organizaciones no gubernamentales y asociaciones de productores relacionadas con el problema, con la finalidad de contribuir al desarrollo sustentable en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas de la República Argentina.

El lema de este año es, según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación , "Los Bosques Mantienen Activas las Tierras Secas" teniendo en cuenta que la recuperación y salud de estos ambientes son clave para la erradicación de la pobreza en las tierras secas. En un llamamiento a la comunidad internacional el Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, Luc Gnacadja, manifestó "si cada uno de nosotros se compromete a plantar un árbol en una zona degradada, y consigue que el árbol sobreviva un año, habría más de dos millones de árboles que permitirían, a los bosques de las tierras secas, mantener el territorio vivo y prestar servicio a las generaciones presentes y futuras".

La Fundación Patagonia Natural adhiere a esta consigna e informa a las comunidades la relevancia de esta problemática para que a partir de su conocimiento, se ponga en valor la conservación de nuestros suelos.

¿Qué es la desertificación?

Según la definición de la Convención de la Naciones Unidas en la Lucha por la Desertificación , “la desertificación es la degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, incluso variaciones climáticas y actividades humanas”.

El término desertificación se refiere a un proceso resultante de factores antropocéntricos y naturales, como la sobreexplotación de la tierra, el pastoreo excesivo, las prácticas inadecuadas de irrigación, la minería, la tala ilegal y excesiva de árboles, los incendios de matorrales y de bosques, y expansión de la frontera agropecuaria. Además de esas actividades humanas, existen toda una serie de factores climáticos que influyen en el proceso de degradación de la tierra (aridez durante todo el año, alta variabilidad de las precipitaciones de lluvia, sequía reiterada, etc.). También se incluyen los procesos erosivos como la erosión hídrica y la eólica.

Este fenómeno se acentúa en ecosistemas áridos y semi-áridos, como la estepa que caracteriza a la Patagonia. En esta zona la causante principal de la desertificación está dada por el sobrepastoreo ovino y la minería, pero también influyen considerablemente la extracción de leña, la apertura y mantenimiento de caminos y las actividades ligadas al turismo.

Estos factores impactan en los suelos produciendo una disminución de su potencial productivo, pérdida de la diversidad biológica y cultural, desgaste de la calidad del paisaje y una disminución de la sustentabilidad económica de la región



17 de Junio de 2011

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