En un cálido homenaje un grupo de amigos del naturalista y agente de conservación Andrés Johnson de destacada actuación en el conservacionismo argentino y fallecido prematuramente en el 2009, impusieron su nombre a un cerro en las cercanías del lago San Martín, en la provincia de Santa Cruz.
Así relataba los detalles del singular hecho y homenaje Rafael Smart:
Queridos Amigos y Familiares de Andres.
Con enorme emoción bautizamos días atrás en la estancia el Cóndor en el lago San Martin un hermoso cerro con el nombre de Andrés. Van algunas fotos de la ascensión que lideró Peta Friedrich (2da ascension argentina al Fitz Roy en el 84) y Sergio Vinas ( cumbre al Fitz Roy en el 2009). Salimos del campamento base en las nacientes del río Grande a las 7 am con un dia muy cerrado y frío (habíamos estado esperando un dia lógico entre fuertes nevadas de dias anteriores).Cuando al mediodía de ese 20 de abril pusimos la placa recordatoria (que hizo Alejandro Caparros) apareció el sol y dejó verse una blanca cordillera. Parecía milagroso !.Poco tiempo despues dos cóndores volaban por sobre nuestras cabezas. Volvimos felices al campamento base a las 8 y 30 pm luego de caminar poco mas de 13 horas. Digno homenaje a un recordado Amigo que en el 2002 manejó su saveiro gris desde Misiones hasta el lago San Martin para dejar en la Estancia El Condor un fantastico relevamiento de orquídeas silvestres.
El "Loco yuyero" como lo llamaron los gauchos de la estancia tiene hoy su cerro en esa cordillera patagónica. Cordillera de los Andes que Francisco Moreno mencionó en ocasión del bautismo del lago San Martín como "único pedestal digno de soportar la figura heroica del gran guerrero". Peta Friedrich antes de encarar este viaje homenaje ( de 10 días entre porteos y espera) dijo: "la ascensión al Johnson será una peregrinacion que mejorará la vida de cada uno de nosotros y de todas aquellas personas que lo hagan en el futuro. Sin duda asi lo fue !"Que sigamos recordando y homenajeando a hombres buenos como Andrés y que sirva su ejemplo de vida para redoblar el esfuerzo por el país que nos necesita. Un afectuoso abrazo.Rafa ps en el campamento base nos encontramos Alejandro Caparros, Alvaro Gavina, Federico Reese, Dolores Aftalion, Sergio Vinas, Emiliano Cafferata, Celine Fres, Peta Friedrich y Alejandro Serret.
Como adhesión y embargados por la emoción del recuerdo a este amigo con el que le tocó compartir lugares y viajes de trabajo, Juan Carlos Chebez improvisó estos sencillos versos:
Al Gringo y su cerro
Un amigo se muere, cuando todos lo olvidan
cuando el tiempo nos borra, su mirada encendida,
cuando no lo iluminan resplandor de fogones
y las cosas que amaba nos resultan perdidas.
Pero cuando se tiene, convicción y entereza,
su presencia imborrable nos seguirá de cerca,
y cuando se dio todo por amor a la vida
eterno es el recuerdo de aquellos que lo admiran.
Por eso que ahora un cerro nos recuerde su nombre
es un justo homenaje y que nadie se asombre,
un cerro de su amada y fría Santa Cruz
cerquita de los hielos y bajo el cielo azul.
Para que el cóndor vele su sueño solitario
y se convierta en faro de aquellos que lo amaron,
porque seguro el "Gringo " asi lo merecía,
que lo digan las lengas en otoño encendidas.
Para que desde arriba vigile aquel paisaje
pues por algo era el hombre, celoso guardaparque,
y nos obligue a todos a continuar su lucha
contra aquel que destruye lo que la tierra oculta.
Esa tierra que amaste y nos dejaste a cargo
no se olvida del hombre de los silencios largos
y te extraña en su luna, te recuerda en su sol
y en la placa amorosa que un amigo talló.
Subieron unos pocos, pero no estaban solos
centenares de amigos iban codo con codo,
pero sabes amigo, como son estas cosas
evitar pisoteos por una senda angosta.
Como ves no olvidamos tu premisa primera
respetar lo salvaje y que quede cual era,
por eso tu montaña tenía que ser esta
por aislada y agreste, solitaria y entera.
Sabés que andamos tristes y que no te olvidamos
y quedate tranquilo que vivirás por años,
pues el hijo de mi hijo y el que venga después
al ver un cerro Johnson, preguntarán por qué.
y alguno va a contarles que fue un hombre muy bueno,
que anduvo por las selvas hurgando sus secretos
observando sus flores, reconociendo orquídeas
pero que no olvidaba del sur sus maravillas.
Que lo siguió al tobiano, que lo rastreó al huemul
y en la ria del Coyle se explayó en el azul
y que se fue de pronto a hacer un largo viaje,
un viaje inesperado y se volvió paisaje.
Por eso sus amigos le eligieron un cerro
le pusieron su nombre y su eterno recuerdo
lo treparon despacio con un cielo nublado
y bajaron al valle con un cóndor volando.
Y hasta hoy nadie sabe si el que volaba arriba
era un cóndor o el alma de Andrés que los seguía,
y al llegar el momento de ir cerrando este canto
todos juntos sentimos que te extrañamos tanto!
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