Córdoba: 61.062 hectáreas quemadas en 9 días


El fuego consumió una superficie equivalente a 30.000 estadios de fútbol. El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM, indicó que la provincia "tiene la más baja resistencia ambiental de su historia" y que tanto los fuegos como el desmonte "hacen que esta resistencia continúe disminuyendo".

El biólogo Ricardo Suárez, del Proyecto de Conservación y Reforestación, tras recordar que ya se incendió "más del 75% de la Reserva Hídrica la Quebrada , una cuenca hídrica clave para las Sierras Chicas" agregó que la totalidad de la zona serrana en Córdoba "debe ser declarada reserva natural".

FUNAM sostuvo que el gobierno provincial "no dimensiona la grave situación ambiental de la provincia" y que es necesario "revisar el Plan Provincial de Manejo del Fuego". La Fundación adelantó algunas propuestas, entre ellas "dedicar el 100% del impuesto al fuego para prevención, control y remediación" y que no se financie con dichos fondos "la construcción de vertederos regionales de basura". Pidieron además que se investigue cómo se gastó lo recaudado.

La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) informó que en los primeros 9 días de septiembre "se quemaron 61.062 hectáreas de bosque nativo, matorrales serranos y pastizales". Esta superficie equivale a más de 30.000 estadios de fútbol. "En solo 9 días se quemó un equivalente a más de 140 estadios de fútbol por hora", subrayó el Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM. [Ver abajo los datos técnicos (1)].

Agregó que en este momento la provincia de Córdoba "tiene la más baja resistencia ambiental de toda su historia" y que tanto los fuegos como el desmonte "hacen que esta resistencia continúe disminuyendo". La resistencia ambiental –aclaró- es la capacidad que tiene un territorio para soportar crisis naturales y de origen humano, como el cambio climático global. "Cuanto más ambiente nativo tiene una provincia mayor su resistencia. En Córdoba esa superficie sigue disminuyendo. Queda menos del 5% de bosque nativo cerrado, los desmontes continúan –solamente entre 1998 y 2002 se desmontó un equivalente a casi 3 estadios de fútbol por hora- y los fuegos agregan cada año mayor destrucción".

El biólogo Ricardo Suárez, del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba, indicó que en los incendios de septiembre de este año "se quemó más del 75% de la Reserva Hídrica la Quebrada , una cuenca hídrica clave para las Sierras Chicas". Agregó que la totalidad de la zona serrana en Córdoba "debe ser declarada reserva natural pues allí están las fábricas de agua de la provincia". Citó a modo de ejemplo que en la Reserva Hídrica "los fuegos produjeron una inmediata bajante del caudal de agua que traen los arroyos al lago. En los días siguientes al incendio observamos una reducción del 12% en el caudal".

FUNAM sostuvo que el gobierno provincial no dimensiona la grave situación ambiental de la provincia y que no protege las cuencas hídricas de captación ni sus porciones medias y bajas. "Los funcionarios siguen creyendo erróneamente que el remedio es traer agua del río Paraná cuando la solución consiste en cuidar los ambientes serranos productores de agua y hacer un uso medido y responsable del recurso", sostuvo Montenegro.

FUNAM sostuvo que es necesario "revisar el Plan Provincial de Manejo del Fuego" y que no deben volver a repetirse "los tardíos pedidos de ayuda para que ingresen brigadistas procedentes de otras provincias". Entre las medidas urgentes el Dr. Raúl Montenegro indicó las siguientes:

"Reformular el Plan Provincial de Manejo del Fuego en base a consultas con los propios bomberos voluntarios, Universidades y ONGs".

"Dedicar el 100% del impuesto al fuego para prevención, control y remediación" y que no se financie con dichos fondos "la construcción de vertederos regionales de basura".

"Investigar y hacer público cómo se gastó lo recaudado desde la creación del impuesto al fuego".

"Proteger la salud de los bomberos y las personas afectadas por incendios, pues el humo de la quema de vegetación contiene un 70-90% de partículas finas con menos de 2,5 micrómetros de diámetro. Dichas partículas penetran profundamente en los pulmones (alvéolos), donde reducen la capacidad respiratoria y producen numerosas enfermedades. Esto no ha sido motivo de preocupación para los funcionarios. Incluso las mascarillas que se usan no necesariamente protegen de estas partículas. Desde FUNAM ya hemos propuesto al Plan Nacional de Manejo del Fuego criterios para proteger la salud de brigadistas y personas afectadas".

"Urge replantear la prevención y el control, y dejar de improvisar en materia de remediación una vez concluidos los fuegos. La Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba no debe repetir la torpeza que cometió después de los incendios del año 2009, cuando sembró semillas de pastos exóticos con avionetas. En lugar de facilitar la recuperación del ambiente nativo, la dificultó".

No más desmontes, mayor prevención para evitar incendios y remediaciones bien hechas

Ricardo Suárez, del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba, sostuvo que la dramática situación ambiental de la provincia "no admite más desmontes" y que para evitar fuegos "es necesaria una mayor prevención y la plena vigencia de sistemas de alerta temprana". Sostuvo que la remediación de los lugares incendiados "debe ser cuidadosamente planificada combinando la reforestación con especies nativas, la clausura de ambientes en recuperación, la restricción de la ganadería en zonas quemadas y la protección de corredores que unan ambientes quemados y ambientes nativos intactos". Insistió que urge considerar "la totalidad de la zona serrana como reserva natural" y que en Córdoba "hay cada vez menos margen para proteger lo poco que queda de naturaleza".

NO SE QUEMAN ÁRBOLES SINO ECOSISTEMAS ENTEROS

"Desde hace miles de años los principales ríos de Córdoba obtienen su agua de las serranías. Antes de que comenzaran los incendios y desmontes a gran escala, el buen funcionamiento del ecosistema nativo garantizaba la provisión de agua, incluso en inviernos de años muy secos", indicó el Dr. Raúl Montenegro.

"Cuando las sierras están en condiciones ecológicas óptimas y tienen su biodiversidad intacta, la vegetación intercepta las gotas de las lluvias de verano, impidiendo que golpeen el suelo y lo deterioren. El agua circula entonces por las hojas y tallos de las plantas, y alcanza el suelo, donde su permeabilidad facilita la infiltración. Esta "esponja blanda", edáfica, funciona bien mientras tenga vegetación nativa, ya sea un bosque de coco y molle, un matorral de romerillos, o un pastizal de altura. El agua infiltrada penetra luego en las rocas subyacentes, muy fracturadas, y se mueve lentamente hasta volcarse como vertiente. Esta 'esponja rígida', rocosa, hace más lento el flujo de agua y permite que aún en temporadas más secas, como el invierno, las vertientes sigan descargando agua. Las sierras en buen funcionamiento impiden que toda el agua de lluvia del verano corra por la superficie (escorrentía). Los ríos tienen entonces agua todo el año aunque su caudal disminuya en invierno, transportan poco sedimento, y los embalses se colmatan menos rápidamente", agregó Montenegro.

"Cuando las sierras son incendiadas y se destruye su vegetación las gotas de lluvia alcanzan el suelo, y lo disgregan. Queda sometido entonces a los efectos erosivos del agua y del viento, y a la insolación que evapora la escasa humedad remanente. Los suelos desmontados, quemados, insolados y golpeados por la lluvia se vuelven impermeables. La impermeabilidad de lo suelos facilita la circulación del agua en superficie (escorrentía), y reduce la infiltración. La fuerte pendiente de las sierras hace que el agua corra con violencia y arrastre consigo suelo y organismos vivos. Como la "esponja blanda" del suelo no funciona, el agua deja de llegar a la "esponja dura" de las rocas, y las vertientes desprovistas de su fuente de alimentación merman el caudal o se secan. En verano la mayor parte del agua de lluvia alimenta los cursos de agua, que tienen crecientes cada vez más importantes. Transportan además una mayor cantidad de sedimentos, y la vida acuática pierde biodiversidad. Su mayor aporte de fósforo y nitrógeno a los lagos aumenta la eutroficación".

"No es lo mismo un incendio de 60.000 hectáreas cuando la provincia tenía hace dos siglos 12 millones de hectáreas de bosque nativo, que esa misma superficie quemada cuando quedan menos de 600.000 hectáreas de bosque nativo cerrado. Más que un incendio es una tragedia ambiental y un duro golpe a las maltrechas cuencas hídricas de la provincia de Córdoba".

Según Montenegro "un bosque, arbustal o pastizal de altura no tienen solamente árboles, reptiles, aves y mamíferos, sino un complejo entramado de seres vivos. En un metro cuadrado de suelo y hasta los 30 centímetros de profundidad pueden vivir unos 1.500 millones de protozoarios (microorganismos), 120 millones de nematodos (gusanos), 440.000 colémbolos (insectos), 400.000 ácaros, 3.000 ciempiés y milpiés, 500 hormigas, y muchas poblaciones de organismos. El fuego los golpea duramente. Sin la vegetación nativa y con la biodiversidad muy afectada el ambiente deja de fabricar suelo. En ambientes tropicales y templados se requiere de 220 a 1.100 años para regenerar 25 milímetros de suelo. En sitios con rocas duras, como los granitos serranos, el suelo tarda más tiempo en formarse. El fuego impide además el retorno de materia orgánica al suelo, favorece la erosión, y lo compacta. Como la impermeabilización impide que el suelo absorba el agua de lluvia, las crecientes de los ríos se vuelvan cada vez más violentas".

(1) Datos técnicos. La estimación fue realizada conjuntamente por el Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba y FUNAM bajo la dirección del Biólogo Ricardo Suárez. Esta cifra comprende quemas parciales y totales. Fue estimada con Sistema de Información Geográfica (SIG) en base a imágenes satelitales Modis. Se tuvieron en cuenta superficies quemadas y curvas de nivel. El estudio expeditivo abarcó una superficie de 880.000 hectáreas donde las formaciones vegetales dominantes son pastizales y sotobosque (58%), arbustales (19%) y bosques (23%). En la región analizada se encuentran las Sierras Chicas y del Norte, Punilla y las Sierras de Comechingones.

Para mayor información contactar a:

Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo

Titular de FUNAM

Teléfono fijo: 03543-422236

Teléfono celular: 0351-155 125 637

E-mail: biologomontenegro@gmail.com

Biólogo Ricardo Suárez

Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras Chicas

Teléfono celular: 03543 154 54629

E-mail: suar_bio@reforestacion.com.ar

Encargada de prensa:

Nayla Azzinnari

Teléfono celular: 011-155 460 9860

E-mail: nay_azz@hotmail.com



12 de Septiembre de 2011

Comentarios



Copyright © Los que se van 2009-2024. Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización del autor.
E-mail: info@losquesevan.com