Este martes 29 de marzo Ecuador se convirtió formalmente en el segundo país con el mayor número de especies de mamíferos amenazadas en el mundo.
La "formalidad" la brinda la publicación del segundo Libro Rojo de mamíferos ecuatorianos que se publica en esta nación andina.
Mientras en el año 2001 había 43 especies en peligro, diez años después el número se ha elevado a 101.
"Este libro lo ubica (a Ecuador) solo detrás de Indonesia, que tiene 185 especies amenazadas", le dijo a BBC Mundo el editor de ambas publicaciones, el biólogo Diego Tirira.
Para explicar este incremento de un 126% entre ambos libros, Tirira recurrió a una noticia buena y a otra mala.
"Ahora tenemos mejor información. Hay mejor tecnología para saber el estado de las especies. Pero también es cierto que es constante el deterioro del medio ambiente. La deforestación no para y la cacería y el tráfico de animales continúan".
Áreas protegidas desprotegidas
En el año 1994 la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) introdujo una nueva metodología científica para determinar el riesgo de extinción de todas las especies del planeta.
Este esfuerzo cobró la forma de libros rojos -compuestos por extensos listados de animales en peligro- que comenzaron a multiplicarse por varios países con suerte diversa.
Como ejemplifica Tirira, mientras Ecuador lleva dos de estas publicaciones, Colombia tiene en su haber una decena y Perú ninguna.
En Ecuador, la primera edición fue reconocida por el Ministerio del Ambiente como un documento legal y ahora la nueva publicación hereda esta característica.
Para el editor de ambos libros, la política ambiental ecuatoriana ha cambiado muchísimo en los últimos 20 años pero no es suficiente. "Creo que en América Latina Ecuador es el país con mayor cantidad de áreas protegidas por unidad de superficie. El 19% de superficie continental está protegida, eso significa una de cada cinco hectáreas".
"Eso en el papel está muy bien, pero en la realidad muchas de esas áreas protegidas son declaraciones que no trascienden. Varias han desaparecido porque la gente invadió y botó el bosque. Algunas tienen cuatro guardaparques para un área de 200.000 hectáreas", describió Tirira.
El banco de la Amazonía
Por eso, el biólogo no cree que para el año 2021 -fecha de la tercera publicación- la situación vaya a mejorar y vaticina desde ahora que habrá más especies amenazadas.
"Ecuador es un país megadiverso. Tiene esta diversidad biológica en una superficie pequeña y con una población de unos 14 millones de habitantes. Por eso tiene los problemas de conservación que tiene. Hay mucha gente que necesita recursos del bosque por su pobreza".
Debido a esas condiciones tan particulares, Tirira piensa que con una mayor educación ambiental no alcanza, sino que es necesaria una mayor estabilidad económica y la generación de nuevos ingresos en las zonas rurales.
"En la Amazonía, la gente ve la naturaleza como un recurso económico. Entonces, cuando necesita recursos porque su mujer está enferma o su hijo está enfermo, mira a la selva como su banco y bota un árbol, caza un mono o mata un tapir".
Para el biólogo, lo más importante de controlar, y al mismo tiempo lo más difícil, es la deforestación. Mientras "la madera siga siendo dinero", el libro que él edita cada diez años será cada vez más grande y los números de animales en peligro cada vez más rojos.
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