El bosque de Yucat, tesoro natural para proteger


El naturalista Juan Carlos Chébez y el biólogo Ricardo Suárez, compartieron con futuros profesores en Biología sus saberes. Los dos especialistas destacaron la importancia y las estrategias para preservar el bosque del espinal en Campo Yucat.

Alumnos y docentes del profesorado en Biología que se dicta en el Nivel Superior de la Escuela Normal Víctor Mercante, celebraron ayer el "Día Mundial de la Tierra", con una actividad que precisamente persigue como objetivo preservar un tesoro natural que se erige a pocos kilómetros de la ciudad.En un sector de la Estancia Yucat, sobre una superficie de 300 hectáreas, un bosque del espinal se yergue soportando el embate del tiempo y la predación humana.En épocas donde las leyes de mercado imperan y los recursos naturales escasean, la zona boscosa casi villamariense parece llamar a gritos que la protejan.

Con el marco de árboles autóctonos, crecen especies donde se refugian animales que no encuentran más espacios naturales que antes abundaban.Con el sostén teórico de la profesora Cristina Rozzi Giménez y la voluntad de los futuros "profes" de Biología, el bosque tiene esperanza.Ayer, con la presencia del naturalista Juan Carlos Chébez y el biólogo Ricardo Suárez, las estrategias para tender una mano solidaria al lugar privilegiado por la naturaleza comenzaron a delinearse.Debido al mal tiempo reinante, sólo pudieron hacerse las charlas con los especialistas en la temática, postergándose para el jueves de la semana próxima el sembrado de 170 algarrobos blancos en el sector boscoso.

Lugar excepcional
Juan Carlos Chébez es una de las voces más autorizadas del ambientalismo nacional. A su agenda, habitualmente completa con compromisos en distintos lugares de nuestra geografía, el naturalista le dio un respiro para poder conocer el bosque de Yucat."En las afueras de Villa María existe un lugar excepcional, que es lo único que ha quedado de una formación que se denomina espinal cordobés-santafesino o distrito del algarrobo", expresó Chébez."El espinal está muy olvidada, nadie lo nombra y no se enseña casi en las escuelas.

Se desconoce, lamentablemente, en un país que sigue hablando de Cataratas, de los glaciares y de la Quebrada de Humahuaca y parece que se olvida que había un paisaje entero que casi se evaporó", agregó el consultado."Ustedes tienen la suerte de tenerlo (al bosque) en las afueras y entonces la idea era hacer la actividad en el campo tratando de estar cerca de uno de los mejores manchones de ese monte que merecería ser una de las reservas naturales más importantes del país", acotó."Este lugar debería ser conocido por la gente de nuestro país y por supuesto de los que habitan en las cercanías", consideró."Hoy la actividad iba a terminar con la siembra de algarrobos blancos. Esta acción simbólica marca precisamente el desafío que tenemos por delante que es la forma de recrear este paisaje que prácticamente tenemos que ver ahí para apreciar lo último que quedó de él", destacó el reporteado.

"Mucha gente piensa en ecología y se remite a cosas que los afectan directamente. Yo lucho por dar un paso atrás y pensar lo que era la verdadera ecología de la Argentina que sigue estando en las banquinas, acorralada en algunos campos o en un sistema de reservas naturales que no conocemos y, por lo tanto, no terminamos de asumir", también dijo."Salvar los hábitats y las especies tiene una única y gran receta: no se salvan con un zoológico o con un vivero sino con reservas naturales", manifestó."Mi tarea es y por ello me he especializado durante todos estos años, la defensa de la biodiversidad argentina y las áreas protegidas", afirmó."Ustedes tienen un tesoro que tranquilamente podría transformarse en una parada turística en los viajes de Buenos Aires a Córdoba", subrayó."Los porteños decimos que venir a Córdoba es ir a las sierras, parece que lo que hay en el medio no existe", indicó Chébez."Si esto se conociera, se difundiera y esta reserva se reconociera oficialmente (porque hasta ahora es el esfuerzo de la Iglesia que cuida el bosque debido a que tiene ganas de hacerlo) las cosas serían diferentes", resaltó el naturalista.

"Las reservas deben estar reconocidas oficialmente, deben tener apoyo, tener cartelería e instalaciones", pidió el especialista antes de concluir: "Acá, en Villa María, están dadas algunas de las condiciones necesarias. Están las posibilidades para que la gente pueda ver las especies que han sobrevivido allí, en un paisaje que se ha mantenido"."La idea en general es que cuando se destruyó no se recupera. En este tipo de ambientes no es tan difícil, pero deberían existir, en la ciudad, viveros que cultiven algarrobos blancos en cantidad", anexó."Hay cosas del gran paisaje que no volverán pero creo que si los dueños de los campos entienden lo que tienen en sus dominios, ese monte dejará de ser visto como una maraña o como dos hectáreas más a sembrar, para convertirse en un refugio natural para cuidar", redondeó para cerrar.

Apuesta joven para el futuro
El biólogo Ricardo Suárez también llegó a la ciudad para, ante los estudiantes de Biología, desplegar sus conocimientos de preservación de bosque nativo.Suárez que se desempeña actualmente como director del "Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba", se explayó sobre los mecanismos de degradación y los procesos que se producen en estos ambientes, los ciclos de restauración y los espacios de participación de la gente en este tipo de proyectos."El grado de participación de la comunidad genera la reforestación de los lugares. En pocas palabras, traemos el mensaje de que entre todos podemos hacerlo", expresó el biólogo."Los bosques nativos son importantes más allá de la protección de la biodiversidad sino también de cuestiones culturales específicas de nuestro territorio", agregó.

El especialista también explicó el planteo de la nueva ley de ordenamiento de bosques que aseguró "se va a implementar pronto"."El futuro que le estamos dejando a las generaciones que se vienen no es muy bueno. Los jóvenes saben que el devenir es peor y por eso enarbolan estas banderas (proteccionistas) de querer un ambiente sano y similar al que existía en la época de sus bisabuelos", consideró."Hoy en día, hablamos de Córdoba y pienso en la reflexión del economista Elio Brailosky que dice que nuestra provincia es un centro turístico por excelencia y que la naturaleza es plena, pero también expresa que es una gran mentira decir que uno en un arroyo puede tomar en un vaso agua y beberla", dijo."Córdoba está totalmente contaminada.

Hoy, hablar de los ríos cristalinos y el verde de Córdoba es una gran mentira", enfatizó."Los jóvenes saben de esto y son ellos los que quieren volver a tener a esa Córdoba pura, cristalina y verde para que todos puedan disfrutarla", sostuvo."La sojización ha destruido definitivamente un sinnúmero de espacios ecológicos de la provincia", reflexionó."Lo más triste de todo, es que además de atentar contra el sistema destruyó todo un sistema cultural que tenía nuestra "Pampa Gringa". Mis abuelos, cuando vivían en el campo tenían otro concepto de agricultura y hoy, con la soja, esa concepción de trabajo familiar y respeto por la tierra se perdió y dio paso a la industrialización", puntualizó para concluir.



25 de Abril de 2010

Comentarios



Copyright © Los que se van 2009-2024. Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización del autor.
E-mail: info@losquesevan.com