El Gato Andino (Oreailurus jacobita), una presencia tácita de los Andes, amenazado verdaderamente de desaparecer…

El Gato Andino, también llamado "gato montés andino", "gato inca", "tití" (en Bolivia), "oskollo" u "osjo" (en Perú) y "chinchay" (en lengua aymará) es considerado uno de los félidos más amenazados y poco conocidos del mundo. Tanto la SAREM (Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos) como la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), lo categorizan como Vulnerable, es decir que estaría enfrentando un alto riesgo de extinción en estado silvestre en un futuro inmediato.Por otro lado se lo incluyó en el apéndice I de la CITES ("Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro de la Fauna y la Flora"), ítem que incluye a especies en serio riesgo de extinción, prohibiéndose de esta manera su comercio internacional.
Se trata de un animal extremadamente raro (existen muy pocas observaciones a campo de la especie), que habita zonas altoandinas de la Puna alrededor de los 2.800 y 5.000 metros de altura, en donde la vegetación consiste principalmente de pequeños arbustos y pastos aislados en áreas pedregosas y rocosas. Su presencia fue confirmada en las provincias argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, Tucumán (macizo del Aconquija) y norte de San Juan. Recientemente se lo registró en la provincia de Mendoza (2004), en una zona denominada Caverna de las Brujas (Dpto. de Malargüe) a 1.800 metros sobre el nivel del mar, lo que constituiría el límite más austral de distribución de esta especie hasta el momento y una altura mínima registrada. Fuera de la Argentina está presente en el sur de Perú, sudoeste de Bolivia y norte de Chile. En este último país ha sufrido un importante retroceso geográfico y se encuentran pequeñas poblaciones relictuales en la zona altiplánica de Tarapacá (Salar de Surire). Es un gato mediano y robusto en comparación con otros "pequeños gatos" como el montés (Oncifelis geoffroyi), con un largo total que oscila entre los 90 y 112 cm (siendo las hembras algo mas chicas) y una larga cola de casi 50 cm, la cual presenta un característico y llamativo diseño anillado, de alrededor de 7 a 9 anillos pardos que se van ensanchando hacia la punta. Posee un pelaje denso y tupido de coloración grisáceo y un distintivo diseño de manchas y estrías pardas o rojizas, lo que le da aspecto "atigrado". El rinario o nariz es de color negro. Pesa entre 3,5 y 7 kg. El gato andino o "gato lince" (nombre meramente peletero, originado por la similitud de su pelaje con el de los linces del Hemisferio Norte) es frecuentemente confundido con la raza de altura del Gato del Pajonal (Lynchailurus pajeros), con el cual comparte algunas zonas de su distribución. Éste, a diferencia del O. jacobita presenta una coloración más rojiza y un tamaño un poco menor, aparte de otras características morfológicas. No se conoce mucho de la biología e historia natural de este gato, pero se sabe que son animales solitarios, ya que las pocas observaciones directas a campo realizadas de la especie fueron de individuos aislados, juntándose macho y hembra solo en la época de apareamiento. Sus movimientos se realizarían tanto de día como de noche. Sus territorios no superarían los 10 km² de extensión. Su alimentación se basa aparentemente en chinchillas (Chinchilla spp.) y chinchillones o vizcachas de la sierra (Lagidium viscacia), aunque complementaría su dieta con otros pequeños roedores y aves. No se han realizado estudios detallados sobre su número poblacional, pero se estima en menos de 2.000 ejemplares a lo largo de todo su rango de distribución.
Actualmente se están desarrollando trabajos de campo y estudios sobre su historia natural, la cual hoy día constituye todo un enigma. Por otro lado, es uno de los pocos gatos salvajes del cual no se cuenta con experiencia de cría en cautiverio, siendo su reproducción otro ítem desconocido e importante a investigar. Es posible que las hembras, luego del período de gestación, den a luz a sus crías en grietas o huecos entre las rocas o aprovechando galerías construidas por mamíferos cavadores. La camada, se estima está compuesta por 2 a 4 cachorros.Se presume que la escasez de su principal alimento, la chinchilla grande o de cola corta (Chinchilla brevicaudata), especie intensamente cazada durante el siglo XIX con fines peleteros y su forzoso reemplazo por el chinchillón, sumado a su caza por parte del hombre (principalmente para rituales religiosos) y a la competencia por el alimento con el gato del pajonal, son algunas de las causas que condujeron a su delicado estado de conservación y extrema rareza en las altas zonas rocosas en las cuales se desplaza. Para los aborígenes de la región, el Gato Andino es una especie sagrada, lo que constituye todo un problema ya que frecuentemente cazan ejemplares para utilizar sus pieles en lo que denominan "mesas", las que cuelgan en las paredes de sus casas y usan en ceremonias relacionadas con el marcado del ganado camélido o el inicio de la época de siembra o de cosecha.
La especie casi no se encuentra actualmente amparada por el sistema de Áreas Protegidas Nacionales, por lo que es de suma importancia proteger zonas como la sierra de Narváez (Catamarca) y del Aconquija (Tucumán), antiguos proyectos de Parques Nacionales, los cuales nunca fueron concretados y en donde la especie presenta pequeños relictos poblacionales que merecen urgente protección. Sin embargo fue registrada en áreas protegidas como los parques nacionales San Guillermo (San Juan) y Campo de los Alisos (Tucumán) y los parques provinciales Laguna Brava (La Rioja), Laguna Blanca (Catamarca), Los Andes (Salta), Altoandina de la Chinchilla y Laguna de Pozuelos (Jujuy) y Cumbres Calchaquíes (Tucumán).Es responsabilidad de todos que este misterioso y enigmático gato siga poblando los áridos ambientes puneños y no pase a conformar uno más de la lista de especies extintas.