Las particulares condiciones climáticas que se están produciendo en lo que llevamos de verano, con una notable ausencia de precipitaciones y temperaturas impropias de esta época del año, parecen ser la causa de que se haya adelantado en casi un mes la llegada de los primeros grupos invernales de estorninos a la ciudad de Lugo.
Es la hipótesis más plausible con la trabajan los técnicos de la empresa Locus Avis, contratada por el Ayuntamiento de Lugo para poner coto a la población de estorninos en la ciudad, que se ocupa de vigilar durante buena parte del año las zonas más sensibles del casco urbano para evitar una concentración excesiva de aves de esta especie.
En declaraciones a EFE, uno de los responsables de la empresa, Benedicto González, confirmó que ya han llegado a Lugo los primeros grupos invernales de estorninos, aunque normalmente no hacían su aparición hasta la primera semana del mes de septiembre.
Como es habitual, esas primeras colonias se han situado en las zonas «más sensibles» de la ciudad, que son el Parque de Rosalía de Castro, la mediana central de la Avenida de Ramón Ferreiro y el Parque de Frigsa, donde encuentran árboles suficientes para instalarse.
Con respecto a las causas que han provocado este adelanto, Benedicto González opina que las condiciones climáticas han influido, así como los cambios que ha producido la meteorología en el ciclo vegetativo de los cultivos, aunque tampoco descarta la influencia activa o pasiva de otros factores.
De momento, los técnicos de la empresa se dedican a vigilar la llegada de estas poblaciones de estorninos, pero probablemente, aunque estaba previsto que comenzasen a actuar el 1 de septiembre, si el Ayuntamiento de Lugo lo considera oportuno, tendrán que iniciar su trabajo a mediados del mes de agosto.
Benedicto González explicó que la empresa utiliza aves rapaces para espantar a los estorninos, «no tanto por los ejemplares que pueden capturar como por el miedo que infunden en la colonia y la sensación que provocan de sitio poco seguro».
De hecho, también emplea grabaciones que reproducen el sonido de un estornino al ser atrapado por un predador.
En lugares puntuales y en momentos concretos, los técnicos también emplean petardos para asustar a las aves.
En otoño del pasado año, después una primera intervención de los técnicos de la empresa, llegó a haber en la ciudad de Lugo una población de 40.000 estorninos.
Fuente: La Voz de Galicia
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