¿Cómo crear un área protegida?
Las Reservas Naturales Educativas son áreas ubicadas en ámbitos urbanos y/o suburbanos de superficie variable que tienden a promover el contacto de alumnos y público en general con la naturaleza que aún subsiste en ésos ambientes, representativos de los que originalmente cubrían la región. El informe que fundamente estas reservas debe constar de:
1) Carátula: Con nombre tentativo para el área y de los autores, ilustradores y fotógrafos.
2) Resumen: No más de una carilla con las razones más sobresalientes que justifiquen su creación y los beneficios que la misma acarrearía.
3) Ubicación: Detallarla con la mayor precisión, destacando sus límites tentativos, localidad en que se halla o la más cercana, ubicación departamental, provincial y nacional. Ayuda un mapa esquemático, aunque sea aproximado, destacando accesos, caminos internos y accidentes naturales. La determinación de su posición satelital con ayuda de un GPS ayuda pero no resulta imprescindible.
4) Superficie: Lo más detallada en hectáreas. Pueden postularse terrenos menores a una hectárea pero sólo cuando guardan algún elemento natural singular o muy valioso y cuando su conservación sea factible. Cuanto mayor sea la superficie, generalmente, mayor será su interés y viabilidad futura.
5) Situación Catastral: Aclarar en detalle a quién o quienes pertenece el dominio de la propiedad o predio en cuestión.
6) Relieve: Se describe en líneas generales las características del terreno ilustrando con fotografías las particularidades más interesantes. Si se cuenta con trabajos edafológicos ó geológicos de referencia (cartas de suelos el INTA, cartas geológicas, etc.) pueden extrapolarse datos de las mismas. Si existe un cerro, una quebrada, lomadas, geoformas o cualquier particularidad del relieve, destacarlo.
7) Hidrografía: Destacar la presencia de ríos, arroyos, lagunas, esteros, saltos ó cascadas, describiéndolos con el mayor detalle posible (recorrido en metros o kilómetros del curso contenido en el área, porcentaje de la cuenca, incluido ancho, profundidad, altura en el caso de los saltos, etc.).
8) Clima: Caracterizar el clima del área recabando información de la estación meteorológica más cercana. Detallar tipo de clima, temperatura promedio y extremas, precipitaciones, vientos dominantes, variación estacional, etc.
9) Representatividad Biogeográfica: Detallar que ecorregión/es se halla/n representada/s en el área tomando como referencia las propuestas en Prodia. 1999. Ecorregiones de la Argentina. También es interesante consultar para provincias biogeográficas: Cabrera, A. L. y A. Willink. 1980. Biogeografía de America Latina. OEA. Y para provincias y distritos fitogeográficos: Cabrera, A. L. 1976. Regiones Fitogeográficas Argentinas. Edición ACME.
10) Ambientes Naturales: Detallar los ambientes naturales representados (bosques, selvas en galería, pastizales, bañados, sierras o afloramientos rocosos, etc.), si es posible, volcando en un mapa del predio su distribución aproximada.
11) Flora: Por la mayor facilidad para su determinación, recomendamos enfocar el relevamiento en las plantas vasculares, recolectando en un herbario muestras de valor taxonómico, es decir, ejemplares o trozos de ramas con flor o fruto y fotografiando las principales. Conviene priorizar los árboles, arbustos, epífitas y hierbas en ése orden, siendo de interés en qué ambiente se las encuentra y si tienen algún nombre o uso local. Conviene describirlas conforme a las comunidades vegetales que integran de acuerdo a Cabrera (1976). Se deben destacar en este ítem las especies principales por lo abundantes, por hallarse amenazadas, ser endémicas (exclusivas), por su porte, por sus usos reales o potenciales y las exóticas asilvestradas. Finalmente se remite a un anexo al final del trabajo donde consta la lista sistemática ordenada taxonómicamente con el nombre científico y vulgar. Para el ordenamiento y nomenclatura científica seguir a Zuloaga y Morrone (Eds.). 1996-1999. Catálogo de las plantas vasculares de la Argentina. El mismo se halla disponible en la página web del Darwinion. Para los nombres vulgares se pueden usar De La Peña, M. y J. Pensiero. 2004. Plantas Argentinas. Edit. LOLA. Para las especies amenazadas ver Haene E. y J. C. Chebez.1994. Los que se van. Especies Argentinas en peligro. O consultar en www.iucn.org.
12) Fauna: En el caso de la fauna recomendamos focalizarse en los vertebrados dada la mayor cantidad de información sobre éste grupo que se halla disponible con relativa facilidad y su valor carismático para el público potencial que visita el área o los decisores políticos de su protección. A excepción de las mariposas diurnas que cuentan con guías para las provincias de Misiones y Buenos Aires y que pueden documentarse fotográficamente, recomendamos poner énfasis en la fauna vertebrada sin negar el interés potencial de los invertebrados, máxime al tratarse de áreas pequeñas. Según el tiempo disponible recomendamos centrar la atención en las aves que pueden observarse, oírse y fotografiarse, los mamíferos raramente observados, la detección de sus rastros, colección de restos y egagrópilas, los anfibios y reptiles que se ocultan bajo troncos o piedras o, en el caso de los primeros, dejan oír sus cantos nocturnos o vespertinos, y los peces. La colaboración de algún guía o baqueano y una encuesta a los pobladores (no inducida) es muy recomendable. Igualmente, en la lista debe aclararse si la especie fue vista o colectada por los autores del informe o si se incluye como resultado de una encuesta y nombre del o los encuestados. Para la exposición de los resultados recomendamos hacerla por clase siguiendo el orden evolutivo de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos y destacando, al igual que en las plantas, las especies principales, las dominantes o más comunes, las amenazadas, las endémicas (exclusivas), las de uso real o potencial y las exóticas asilvestradas, en un pequeño párrafo por grupo y remitiendo a los anexos donde se deberán presentar las listas sistemáticas. Para peces recomendamos seguir a López, H., A. Miquelarena y R. Menni. 2003. Lista comentada de los peces continentales de la Argentina. Probiota, Ser. Técnica y didáctica (5). La Plata. Para anfibios y reptiles a Lavilla, E., E. Richard y G. Scrocchi (Eds.). 2000. Categorización de los anfibios y reptiles de la República Argentina. AHA. Tucumán, y para reptiles a Chébez, J. C., N. Rey y J. Williams. 2004. Reptiles de los parques nacionales de la Argentina. Edit. LOLA. Bs. As. Que incluye también los nombres vulgares. En el caso de las aves puede seguirse a la conocida guía de Narosky, T. y D. Izurieta. 2003. Guía para la identificación de las aves de Argentina y Uruguay. Edit. Vázquez Mazzini. A Chebez, J. C., N. Rey, M. Babarskas y A. Di Giacomo. 1998. Las aves de los parques nacionales de la Argentina. Edit. LOLA., Bs. As. O Mazar Barnett, J. y M. Pearman. 2001. Lista comentada de las aves argentinas. Lynx Ediciones. Barcelona. Para los mamíferos recomendamos, por reunir la nomenclatura científica y la vulgar, a Heinonen Fortabat, S. y J. C. Chebez. Los mamíferos de los parques nacionales de la Argentina. Edit. LOLA. Bs. As. Para las especies amenazadas recomendamos Chebez, J.C. 2008. Los que se van. Fauna argentina amenazada. Tomos 1, 2 y 3 y Chebez, J. C. 2009. Otros que se van. Fauna argentina amenazada. Edit. Albatros y Lavilla et al. (2000) y Fucema et al. 1997. Libro rojo de mamíferos y aves amenazadas de la Argentina. O consultar en www.iucn.org.
13) Otros recursos: Destacar otros valores paisajísticos, históricos, arqueológicos o paleontológicos del sitio, del modo más preciso que sea posible.
14) Actividades humanas: Describir aquí la existencia de pobladores, sendas, basurales, cercos, construcciones o cualquier otra actividad que delate la presencia actual o pasada en el área o su vecindad inmediata. Si es posible, mapearlos.
15) Problemas de conservación: Enumerar las acciones humanas que puedan ser negativas para la perpetuidad del área y su uso como reserva. Una guía de éstas actividades puede tomarse de Chebez (1994) o Bertonatti, C. y J. Corcuera. 2000. Situación ambiental de la Argentina. FVSA. Bs. As.
16) Propuesta de conservación: En base a lo expuesto, recomendar la categoría de manejo más apropiada. Para conocer las mismas ver Burkart, R., C. Daniele, C. Natenzon y F. Ardura. 1994. El sistema nacional de áreas naturales protegidas de la República Argentina. Diagnóstico de su patrimonio y desarrollo institucional. APN. Bs. As. o Chebez, J. C. 2005. Guía de las reservas naturales de la Argentina. Tomo 1 a 5. Edit. Albatros. Bs. As.
17) Zonificación tentativa: Si se contara con información suficiente se podría intentar una zonificación del área que permita ordenar diversos usos compatibles. Sugerimos adoptar la seguida en los planes de manejo de los parques nacionales y/o provinciales que son, de mayor a menor grado de restricción: A. Zona intangible o estricta B. Zona de uso extensivo C. Zona de uso intensivo D. Zona de uso especial E. Zona de uso múltiple o de aprovechamiento de recursos, la cual puede hallarse por fuera del área involucrada a modo de zona buffer o de amortiguación. No es necesario en áreas tan pequeñas que existan todas las figuras mencionadas. Se recomienda, para mayor claridad, confeccionar un mapa con la zonificación tentativa.
18) Agradecimientos: Listar y agradecer a todas las personas que cooperaron con el relevamiento, las tareas de campo, la búsqueda de información y la redacción.
19) Bibliografía: listar por orden alfabético, siguiendo al primer autor la bibliografía consultada con la fórmula: Autor o autores. Año de edición o informe inédito. Título. Editorial. Localidad de impresión.
20) Anexos: Listas, mapas y fotos satelitales. Se los enumera con números romanos y se los referencia en el texto. Para la identificación o depósito de los materiales colectados se recomienda remitirse a alguna institución científica o museo reconocido.
Fuente: Chebez, J.C., M. C. Guimil y M. del C. Lamas. Fundación de Historia Natural "Félix de Azara".
Comentarios