Indignante: matan a 50 venados de las pampas en el territorio ranquel de San Luis

En el sur de la provincia de San Luis la "comunidad ranquelina" posee un campo de 60.000 ha obsequiado por el gobernador de esa provincia. En ese establecimiento, conocido como Estancia La Felisa, existen unas 16 casas modelo con similitud a esta cultura aborigen y sobrevive, también, el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus celer), todo un emblema en San Luis pues figura en el escudo de la provincia y en la denominación original de la ciudad de San Luis, la que fue fundada en 1569 por Martín de Loyola con el nombre de "San Luis de la Punta de los Venados". Sin embargo, de sus antiguas y numerosas poblaciones solo subsiste un núcleo poblacional ubicado en el departamento General Pedernera al sur de Villa Mercedes. La especie considerada EN PELIGRO DE EXTINCIÓN a nivel nacional y protegida especialmente por la ley provincial 4.777/87, que prohíbe expresamente en toda la provincia de San Luis la caza del venado y también castiga la modificación de su hábitat (el pastizal pampeano).
Hace unos días comenzó a circular la noticia que durante el fin de semana del  19 y 20 de septiembre "se realizó una investigación en la estancia, que ya corresponde a la comunidad ranquel" y se descubrió que "en uno de los galpones del campo, en sus cumbreras internas colgaban 40 cuerpos de venados sin sus cabezas (trofeos), y en otro galpón 16 cuerpos más en las mismas condiciones". Sin embargo, ninguna medida se habría tomado contra esta comunidad, ante las excusas de la policía y la justicia provincial que argumentan la falta de jurisdicción para actuar sobre la misma. A la impunidad de esta comunidad para arrasar con los últimos venados puntanos, debe sumarse el hecho que, hasta la fecha, no ha podido concretarse la creación del proyectado Parque Nacional Los Venados pese a que el 15 de mayo de 1997 el Gobierno Nacional y Provincial firmaron un convenio para la creación del mismo. Sin embargo, y pese a que la mitad del dinero fue abonado para la compra del terreno, las negociaciones posteriores con los dueños de los campos no fueron las adecuadas y el proyecto está inexplicablemente estancado. Al dilatarse los tiempos los propietarios, en una muestra de desprecio por la naturaleza decidieron arar gran parte de sus campos (el futuro parque) destruyendo así el hábitat natural de los venados. Así las cosas, de las 150.000 ha que se querían proteger sólo quedarían 80.000, aún sobrevivientes de esa depredación; y de los más de 1.000 venados que se contaron años atrás, habría ahora menos de 700.  Asimismo, para empeorar el panorama, se contruyeron dos rutas asfaltadas que literalmente atraviesan el área núcleo del futuro parque nacional ante el beneplácito de los productores de la zona.Si a todos estos desaciertos le sumamos ahora la caza desaprensiva realizada por un grupo aborigen que parece manejarse con sus propias leyes, el futuro del venado puntano parece cada vez más oscuro.