En un artículo recientemente publicado on-line en la prestigiosa revista especializada en primates, American Journal of Primatology, un grupo interdisciplinario de científicos argentinos evalúa el impacto que han tenido las recientes epidemias de fiebre amarilla en las poblaciones silvestres de monos aulladores de Misiones.En este estudio, científicos del CONICET con sede en el Instituto de Biología Subtropical dependiente de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones, y del Programa Global de Salud de Vida Silvestre de la Wildlife Conservation Society (WCS), con sede en la Argentina, reunieron evidencia que sugiere que las recurrentes epidemias de fiebre amarilla podrían llevar a la extinción a las poblaciones de estos primates en Misiones.
Los monos aulladores son primates que se alimentan de hojas y frutas y cumplen un importante papel como dispersores de semillas en los bosques de Centro y Sudamérica. Desde hace tiempo se sabe que estos primates son muy susceptibles a la fiebre amarilla, una enfermedad producida por un virus y transmitida por mosquitos. Esta enfermedad vino de África con los esclavos que llegaron a América y los monos del Nuevo Mundo son muy suceptibles a la misma. En la Argentina habitan dos especies de monos aulladores; el negro o carayá, que habita los bosques del Chaco y Misiones y el aullador rojo, que solo aparece en un sector de la provincia de Misiones.
Esta última especie fue recién conocida en nuestro país por un ejemplar capturado en Misiones en la década de 1950 y luego reconfirmada por ejemplares muertos por una epidemia de fiebre amarilla que asoló esta provincia en la década de 1960. Poco es lo que se concocía sobre el comportamiento, la ecología y el estado de conservación del aullador rojo hasta que, en enero de 2005, un grupo de investigadores del CONICET y de la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) iniciaron un estudio de largo plazo sobre el comportamiento y la ecología de las dos especies de monos aulladores en el Parque Provincial El Piñalito, en Misiones.
Este estudio finalizó abruptamente en enero de 2008 cuando la Dra. llaria Agostini, una de las investigadores involucradas en este estudio, fue a tomar datos al PP El Piñalito y encontró a varios de los individuos de su estudio muertos. Los investigadores alertaron rápidamente a las autoridades provinciales. Durante las semanas siguientes, autoridades de salud, veterinarios, guardaparques y biólogos intensificaron las tareas de búsqueda de monos dentro del parque, para llegar a la conclusión de que los individuos de los cuatro grupos de mono bajo estudio y probablemente toda la población de monos aulladores del PP El Piñalito había sucumbido a la epidemia. "No podíamos creer que estas criaturas con las que habíamos compartido ya tres años en la Selva Misionera hayan desaparecido para siempre", comentó la Lic. Ingrid Holzmann, becaria del CONICET y una de los autores del estudio recientemente publicado.
El 26 de febrero de 2008, la necropsia que se realizó sobre Penélope, una de las hembras de aulladores que venían estudiando los científicos, confirmó que se trataba de un brote de fiebre amarilla. Las muestras fueron obtenidas por el Dr. Miguel Rinas, del Ministerio de Ecología de la Provincia de Misiones y analizadas en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Dr. J. I. Maiztegui, de Pergamino, Buenos Aires. Los investigadores del CONICET, en colaboración con los veterinarios de la WCS inciaron una busqueda y análisis de información que permitiera entender que estaba pasando con las poblaciones de monos aulladores como resultado de las epidemias de fiebre amarilla, estudio que resultó en el artículo recientemente publicados en el American Journal of Primatology.
La distribución geográfica y temporal de los registros de aulladores muertos llevó a detectar la ocurrencia de dos brotes recientes de fiebre amarilla; uno en la zona norte y centro de Misiones ocurrido entre noviembre de 2007 y abril de 2008 y otro que afectó el sur de Misiones entre octubre de 2008 y enero de 2009. En total fueron hallados 59 monos aulladores muertos en Misiones durante el período de noviembre de 2007 a enero de 2009. Gracias al alerta de la presencia de fiebre amarilla, se realizó en la provincia de Misiones, una campaña intensiva de vacunación que probablemente salvó miles de vidas humanas.
Los monos aulladores son considerados "especies centinela" para la fiebre amarilla, ya que su alta sensibilidad a esta enfermedad suele traducirse en muertes masivas de estos primates que alertan a la población humana que el riesgo está presente. Los monos aulladores no contagian la enfermedad a los humanos y no actúan como reservorios de la fiebre amarilla; este rol lo desempeña el mosquito que actúa también como vector de la enfermedad. Cambios en las condiciones climáticas, como fuertes lluvias en combinación con temperaturas cálidas, han sido vinculados al inicio de las epidemias de fiebre amarilla, debido a que generan las condiciones ideales de cría para los mosquitos, pero las actividades humanas altamente invasivas (desmontes, represas, etc.) que generan grandes desequilibrios en las áreas naturales, son también responsables de las epidemias de fiebre amarilla.
La situación actual de los monos aulladores en Misiones es sumamente preocupante y su futuro es incierto. A la destrucción de su hábitat, hay que sumar ahora a las epidemias por el virus de la fiebre amarilla como la principal amenaza que enfrentan. Además de medidas para la conservación de la selva, las campañas de vacunación de personas contra la fiebre amarilla no solo garantizarán una mejor salud en la población humana sino que también ayudarán a reducir la principal amenaza que enfrentan los monos aulladores de Misiones.
Fuente: www.misionesonline.net
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