Guardaparques piden volver a usar armas para defender los reservas. Reclaman que deben luchar contra los cazadores furtivos en condiciones desiguales, pues siempre están armados. Reconocen que usan armas de forma irregular.
Los guardaparques encargados de preservar las distintas áreas protegidas provinciales plantearon ante El Territorio que a diario se enfrentan con cazadores furtivos totalmente armados, por lo que solicitaron volver a portar armas reglamentarias para poder defender los recursos naturales que tiene la provincia.
“Tenemos el derecho de enfrentarnos con ellos en igualdad de condiciones. Ellos disparan contra nosotros cuando vamos al monte a hacer patrullas de control que se hacen en forma periódica para preservar el recurso y no tenemos como defendernos”, dijeron los guardaparques que trabajan en la Reserva Biósfera Yabotí que pidieron reserva ante posible represalias.
La Reserva de Biósfera Yabotí está compuesta por tres Parques Provinciales protegidos ubicados en las zonas núcleos de Yabotí -Parque Provincial Esmeralda, Moconá y Caa Yarí, donde los actos de infracción a las leyes ambientales, como rozados, caza y pesca furtiva y robo de madera, entre otros, son una constante diaria que el cuerpo de guardaparques debe combatir.
Los entrevistados por este medio dijeron que “tenemos que andar armado ilegalmente desde que Closs firmó un decreto en noviembre de 2009 en referencia a la entrega de armas reglamentarias”.
“Ya hicimos cursos de capacitación donde aprendimos todo lo relativo al uso de armas de fuego con abordaje teórico y práctico, sobre limpieza, manejo y tiro. Estamos permanentemente arriesgando nuestra vida sin poder defendernos porque no hay leyes que nos amparen”, agregaron.
Tanto furtivos como guardaparques portan revólveres, pistolas, fusiles y hasta incluso armas de uso condicional (antes llamadas armas de guerra). Pocas de estas armas fueron obtenidas de manera legal efectuando el trámite correspondiente en el Registro Nacional de Armas (Renar) y en la mayoría de los casos fueron compradas a terceros de manera ilegal.
Otros guardaparques contaron a El Territorio que ya tienen su carnet de legítimo usuario y carné de tenencia de armas aprobado por el Renar que lo habilita a portar sus armas propias de manera legal, pero el decreto se los impide. “Es una herramienta de trabajo más que en este caso serviría para salvaguardar la vida de los integrantes de la patrulla y la propia”, agregaron.
El 13 de noviembre de 2009 fue promulgado por el gobernador Maurice Closs el decreto número 1869 que en su artículo seis “establece que la autoridad de aplicación proveerá de armamento y las municiones al Cuerpo de Guardaparques, el que deberá ser usado exclusivamente en el cumplimiento de sus funciones”. Y en su artículo siete continúa: “la autoridad de aplicación elaborará el reglamento de uso de armas establecido en el artículo 12 de la Ley 3974 y toda aquella actividad que tenga relación con la misma, en un término no inferior a treinta días de la fecha del presente decreto”. Sin embargo, luego de casi dos años de haberse promulgado este decreto, aún siguen siendo los guardaparques los que compran sus armas con sus correspondientes municiones ante un eventual enfrentamiento.
Otra particularidad de la zona de la Reserva de Biósfera, es que de manera casi permanente “tenemos el ingreso de cazadores furtivos provenientes de Brasil que vienen a hacer tours de caza y por negocio sobre todo por la carne o la piel que en Brasil pagan entre 30 o 40 reales por el kilo de Anta, Pecarí y Paca entre las carnes más cotizadas”, comentaron.
Fuente: La Voz de Cataratas
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