Una misteriosa enfermedad, probablemente un virus, está causando la muerte de decenas de focas anilladas en la costa de Alaska, aseguraron agencias locales y federales de Estados Unidos.
Las focas enfermas han estado llegando por sí mismas a la costa del Ártico desde julio, a un ritmo cada vez mayor con el paso de los meses, según dijeron biólogos del Departamento de Vida Salvaje de North Slope Borough y otras agencias.
Unos 100 animales enfermos fueron localizados cerca de Barrow, la comunidad más septentrional del país, y la mitad de ellos murieron, dijeron los biólogos.
En otros puntos del municipio de población dispersa, los habitantes reportaron que 156 focas anilladas llegaron hasta las playas, y muchas de ellas presentaban la enfermedad.
Las focas anilladas raramente llegan a tierra y pasan la mayor parte del año en agua o hielo flotante, según el Servicio de Pesca de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Biólogos afirmaron que creían que la enfermedad está causada por un virus. Los síntomas incluyen lesiones sangrantes en las aletas posteriores, piel irritada alrededor de la nariz y los ojos y pérdida de pelo.
Expertos informaron que el brote misterioso podría no estar limitado a las focas anilladas. Algunas morsas han aparecido muertas con lesiones similares en la costa noroeste de Alaska, de acuerdo a los biólogos.
Cazadores locales también declararon haber hallado lesiones en la piel en dos focas barbudas, agregaron.
No estaba claro si las lesiones halladas en las morsas eran de la misma enfermedad que afecta a las focas, indicó Bruce Woods, portavoz del Servicio de Pesca y Vida Salvaje de Estados Unidos. “En este punto estamos a ciegas”, expresó.
Lo aislado del terreno y otros retos logísticos imposibilitan dar cuidado veterinario a los animales que llegan a las playas, agregó Jason Herreman, uno de los biólogos.
“Las focas halladas muertas se recogen para tomar muestras. Las focas que están enfermas pero vivas dejamos que se recuperen por sí mismas”, explicó en un correo electrónico, añadiendo que las muestras están siendo llevadas a varios laboratorios de la zona y otros lugares.
Las focas anilladas y las barbudas, así como las morsas del Pacífico, dependen del hielo marino del verano boreal y sufren por el impacto del rápido calentamiento en el Ártico, según las agencias federales.
NOAA ha propuesto incluir estos dos tipos de focas entre las especies amenazadas y el Servicio de Pesca y Vida Salvaje también designó la morsa del Pacífico como candidata a especie a proteger.
FUENTE | REUTERS
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