Nuevas plantas para Misiones. Por supuesto en la zona de Teyú Cuaré


La zona sur de Misiones y especialmente el área de San Ignacio no dejan de sorprendernos, cada vez que se la visita se encuentran novedades, endemismos y singularidades que dejan paso al asombro.
Aparte de un cactus específico para el peñón del Teyú Cuaré y la Sierra del Amambay en Paraguay denominado Parodia schumaniana, una planta exclusiva de la región, se citan para tan pequeño área cuatro endemismos.

Dos prestigiosos botánicos, Fernando Biganzoli y María Múlgura de Romero, de la Universidad de Buenos Aires y el Instituto de Botánica Darwinion, respectivamente, en una publicación reciente establecen que son 4 las especies consideradas endemismos del Teyú Cuaré y zonas aledañas
• Mesosetum comatum Swallen, una Gramínea de la familia de las Poaceae• Hipperastrun teyucuarensis (Ravena) de la Familia de las Amarillidaceae, con el nombre de la especie que lo caracteriza en forma notable.• Vernonia teyucuarensis (Cabrera) Familia Asteraceae, un mata campo, pero único en la zona del Teyú Cuaré.• Hyptis austrlis Epling de la familia Lamiaceae.

Estos endemismos significan que estas plantas está presenten solo en este lugar en el Mundo, no se repiten en otros lados, son únicos. Representan verdaderos tesoros biológicos que evolucionaron en forma distinta que sus congéneres, por alguna característica particular del área
En la última visita que realizamos intentamos clasificar dos especies, que de resultar correctas serían totalmente nuevas para Misiones.

Así vimos en los paredones que caen a pico, aferrándose entre las piedras, un árbol, en los lugares más extremos en forma arbustiva, pero que cuando encuentran un lugar un poco más apropiado se transforman en verdaderos árboles, que de lejos guardan un cierto parecido con el conocido Azota Caballo (Luhea divaricada), pero cuando nos acercamos (estaba con frutos) hubo que descartar a esta especie y empezamos a buscar que podría ser.No encontramos referencia en Argentina, si en una Flora del Paraguay, donde pensamos que se podría tratar de ejemplares de la rara familia botánica de las Vochysiaceae, dentro del Género Qualea o Vochysia.

Como nuestra opinión es de apenas un aficionado nos quedó la duda, pero ya antes Juan Carlos Chébez en la pampita de San Ignacio había llamado la atención con el árbol Urunday blanco (Acosmium subelegans) y la Palmera enana (Allagoptera campestres), citada únicamente para Argentina en esa pequeña área de San Ignacio y declarados por la Provincia de Misiones como Monumentos Provinciales, y nos ilusionamos ¿habíamos encontrado un nuevo árbol para Misiones en el Teyú Cuaré?.

Habíamos tenido una buena intuición, pero llegamos tarde, está identificado, aunque el árbol efectivamente es nuevo para Misiones y para Argentina.

Buscando más bibliografía nos encontramos con el trabajo de los autores citados, de indudable y meritorio prestigio, denominado "Inventario Florístico del Parque Provincial Teyú Cuaré y alrededores (Misiones) Argentina" donde desde 2.004 ya está confirmado la presencia de este raro árbol en la zona y su nombre científico completo es Qualea cordata.

Lo que realmente nos sorprendió es que incluyendo al cactus ya descripto, a la Palmerita enana, al Uruanday blanco y ahora a la Quaela cordata, hay 19 especies más (aparte de los 4 endemismos) dentro de tan pequeño ámbito geográfico únicas para Argentina, es decir que Teyú cuaré, en Misiones, es el único sitio de todo el País donde crecen (Si existen estas especies en Paraguay y en Brasil).

Esto potencia la idea de Juan Carlos Chébez en el trabajo Misiones ñú (los campos de Misiones) 1996 que estos sitios de suelos arenosos, con afloramientos de areniscas que bajan hacia el Paraná, son en realidad una "cola de los campos conocidos como el Cerrado brasileño" es decir la terminación en Argentina (Misiones) de la Provincia botánica del Cerrado brasileño (Cabrera y Willikin, 1.973) ya que se observan ciertas afinidades en la flora vascular y la fauna de vertebrados.

Este nuevo árbol identificado por Biganzoli y Múlgura de Romero, junto a las 18 especies restantes es una especie de confirmación de la hipótesis del naturalista.

También explicaría la parte de mezcla de magia y leyenda que rodea a toda esta zona y que tanto enamorara al gran poeta Horacio Quiroga, que por otro lado era un aficionado a la botánica y permanentemente recogía plantas para llevar a clasificar a la antigua Estación Experimental de Loreto, plantas distintas, diferentes, desconocidas, lo que habrá contribuido al mito y a la atracción singular que ejerce todo esta área, tan pequeña en superficie, pero tan grande en especies (hay exactamente 659 especies documentadas de plantas vasculares).

Apenas se sale del Parque y sobre un terreno que seguramente se va a inundar con el lago de la Represa de Yaciretá observamos una rara Gramínea: el tacuatí (Gymerium sagitatum) es una especie de porte elevado y parece a simple vista una caña de azúcar, pero luego, en la parte superior la configuración que alcanzan las hojas es totalmente distinta, una verdadera rareza vegetal.
No es exclusiva del Teyú cuaré, aunque puede serlo para Misiones, la observamos en el alto Bermejo, en Salta ya casi llegando a Bolivia y en la Laguna El Palmar del Chaco, cercana a la Isla del Cerrito, siempre cerca del agua.

Tanta riqueza vegetal en algunos casos únicas para el Mundo, en otros, únicas para Argentina, debe llamarnos a la reflexión, porque parte de esa área se va a inundar, junto con el Valle del Yabebirí.
Y si juntamos inundación y el basural de San Ignacio por otro, nos queda la pregunta ¿no tendría que tener un destino mejor tan particular área y que potencie turísticamente a la zona?
¿No tendrá que compensar la entidad Binacional Yacireta a la Provincia de Misiones por anegar parte del Parque Teyú Cuaré, anexándole más tierras? Son apenas unas pocas hectáreas que fueron visitadas y recorridas por los grandes botánicos argentinos, desde Arturo Burkart, pasando por Raúl Martínez Crovetto, J. Montes, Antonio Krapovickas, José L. Fontana y lógicamente Horacio Quiroga y donde siguen apareciendo "cosas" nuevas.

Estamos justo a tiempo, estamos en el momento y la hora precisos, dejarlo para más adelante puede significar una irreparable pérdida.

Publicado en Primera Edición, Posadas, Noviembre de 2009.



20 de Diciembre de 2009

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