Posibles desmoronamientos en Las Coloradas


Un investigador de la Universidad Nacional del Comahue y colaborador del plan de manejo del área protegida Valle Cretácico de la Margen Sur, alertó sobre los peligros naturales de desmoronamientos en el Farallón Las Coloradas un lugar cada vez más elegido por la gente para realizar actividades turístico recreativas.

Si bien el proceso no es nuevo sino constitutivo del tipo de formación geológica, la preocupación está centrada en que, dada la promoción turística, el área es asiduamente visitada por pescadores, remeros, familias y deportistas que realizan caminatas o ciclismo de aventura.

El informe de Marcos Mare, investigador del departamento de Geografía de la UNC, fue elevado al Ente de Desarrollo de la Margen Sur (Endemás) que puso en conocimiento de la situación al área de Defensa Civil de Cipolletti para la prevención del riesgo y resguardo de las personas que visitan la zona.

También conocido por "Barrancas" del río Limay, el espacio natural ubicado 7 kilómetros arriba del paraje Las Perlas es una "pared" de roca, con más de 1.500 metros de extensión y una altura que aumenta hacia el oeste desde los 3 metros hasta superar los 25.

"Cada vez circulan botes con gran proximidad a las paredes rocosas, haciendo uso de las turbulencias que desaceleran la corriente y facilitan navegar aguas arriba. Igualmente los pescadores y visitantes caminan por los depósitos gravitacionales y recorren los cañadones, ignorando por completo el peligro al que se hallan expuestos", especificó el informe del director del Laboratorio Patagónico de Investigación para el Ordenamiento Ambiental y Territorial de la facultad de Humanidades. Mare alertó también sobre "los caminantes y ciclistas que se acercan arriesgadamente al frente de barda, en el cual el manto rocoso superior se encuentra sumamente inestable".

El informe que fue hecho público por la gerenta y presidenta del Endemás, Clara Maffrand y Ana María Boschi, detalla que las paredes naturales son producto de la erosión que ejerce el río en su base y que los cañadones son trabajados por el agua de lluvia que, al escurrir, ensancha las bases desencandenando desmoronamientos frecuentes. "Por definición, se trata de zonas inestables, tanto más si el tipo de roca que las constituyen es susceptible a fracturarse en bloques angulosos, o placas verticales que pueden tener incluso varias toneladas de peso", aclaró.

Finalmente, Mare reconoció que el último terremoto que se registró en Chile "indudablemente afectó la estabilidad de estos frentes escarpados, por tratarse de zonas donde la energía de las ondas sísmicas se disipa".

Fuente: www.rionegro.com.ar



28 de Diciembre de 2011

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