Tres áreas claves para proteger en Mendoza

Autor: Bárbara Gasparri

Piden la creación de tres áreas protegidas en Mendoza

La provincia de Mendoza es un territorio que presenta particulares e interesantes características naturales. Sus rasgos biológicos, geológicos, geomorfológicos y climatológicos han generado la presencia de diferentes especies de flora y fauna únicas en el mundo o de distribuciones muy acotadas o restringidas y que, por este motivo, necesitan de una efectiva protección.

Si a esto se le suma el hecho de que la provincia sólo posee un total de 15 áreas protegidas (que apenas alcanzan a cubrir un 3,84% del territorio mendocino) se evidencia lo mucho que falta por hacer en materia de conservación.

Pero es importante destacar además, que Mendoza posee uno de los mejores sistemas de áreas protegidas provinciales del país y por ese motivo, creemos oportuno la creación de tres nuevas áreas que conserven no sólo paisajes singulares sino especies en peligro de extinción.

Es por eso que aquí proponemos y destacamos la importancia de la creación de tres nuevas áreas protegidas:

1) Paso Pehuenche

La zona está comprendida entre la cuenca superior del río Grande y el río Chico, al sudoeste de la provincia de Mendoza. Allí convergen tres de las cuatro ecorregiones principales del territorio provincial: altos andes (conocida también como altoandina), monte de llanuras y mesetas y estepa patagónica, lo cual aporta una enorme y peculiar diversidad de ambientes.

Varias de éstas poseen particular valor por tratarse de endemismos, es decir que son exclusivas del área y muy sensibles a cambios en sus ambientes naturales, como las lagartijas Liolaemus flavipiceus, Liolaemus thermarum y Phymaturus verdugo, tres especies recientemente descriptas para la ciencia y la rana pehuenche (Alsodes pehuenche), producto principalmente del aislamiento altitudinal de la zona. Desde ya existen otras rarezas que podrían mencionarse, como el hecho de ser la localidad típica de la rata pehuenche (Aconaemys fuscus), una rata vizcacha de considerable tamaño y cola corta de distribución muy restringida y que por muchos años fue conocida como rata del Peteroa, por venir los primeros ejemplares conocidos de las inmediaciones de ese volcán; o especies en peligro de extinción cuya protección es urgente, como el gato andino (Oreailurus jacobita), felino raro y muy poco conocido.

Si a esto se le suma que el área esta poblada también por especies patagónicas que tienen allí su límite norte de distribución, especialmente entre las aves, o que la usan de corredor para llegar hasta el noroeste de Mendoza, tendremos un acabado panorama del alto interés biológico del sector, que sumado al paisajístico le dan una importancia singular. Como si fuese poco, se cuentan con varios registros a confirmar de especies animales y vegetales que han desaparecido de otros lugares de Argentina y Chile y que podrían tener aquí su último relicto poblacional.

Lamentablemente hoy en día el futuro de esta área y sus bellezas y peculiaridades naturales es incierto, ya que se está llevando a cabo por parte del gobierno mendocino el asfaltado de la ruta 145 que pasa por Las Loicas y comunica con el país vecino de Chile. Dicha obra, con el paso constante de maquinarias pesadas y el incremento del tráfico que se prevé que circule a futuro (entre otras cosas), ocasiona y ocasionará un gran impacto ambiental a este frágil ecosistema. Sin embargo, nuestra intención no es prohibir ni detener la misma, ya que comprendemos su importancia estratégica y su futura repercusión económica. Como solución a esta situación, se propone la creación de un área protegida que sea efectivamente implementada y que compense al área afectada.

2) Cerro Nevado

El Cerro Nevado se encuentra en los departamentos de San Rafael y Malargue, en el sureste de la provincia de Mendoza y es, con sus 3.883 m, la mayor altura extra cordillerana de la provincia, encontrándose a unos 132 km hacia el este de la cordillera principal de los Andes.

Se encuentra en una zona ecotonal entre el Monte y la Estepa Patagónica, en su faldeo oriental se destaca una porción empobrecida de una pequeña cuña de Espinal que ingresa a Mendoza, con especies tales como el Caldén (Prosopis caldenia) y el Peje (Jodina rhombifolia) en zonas muy localizadas.

Recomendamos la pronta creación de una reserva natural en el Cerro Nevado o El Nevado debido a la reciente confirmación de la presencia del gato andino (Oreailurus jacobita) en esta localidad, que representa el límite oriental de dispersión de esta especie amenazada en la provincia de Mendoza.

Además se encuentran presentes la tortuga terrestre patagónica (Chelonoidis donosobarrosi), que con el nombre de tortuga del Nevado fue declarada Monumento Natural Provincial y de dos lagartos endémicos Phymaturus nevadoi y P. roigorum. Además el área reúne una importante población relictual de guanacos (Lama guanicoe) que en el pasado sufrió intensas cacerías.

3) Médanos de El Nihuil

En el departamento de San Rafael, a 75 km de la ciudad, se encuentran aproximadamente 8.000 ha de médanos conocidos como El Nihuil. La región se caracteriza por ser desértica, con escasa vegetación xerófila y elevadas temperaturas superficiales en verano. Mayoritariamente, predominan las especies psamófilas, es decir, aquellas adaptadas a suelos arenosos.

Este magnífico paisaje simula ser un semidesierto del Sahara (África) y es considerado un centro de endemismos de especial interés para la conservación y se han contabilizado 2 especies exclusivas, entre ellas la amenazada lagartija del Nihuil (Liolaemus rabinoi), cuyo hábitat original fue mayormente anegado por el embalse homónimo a 1.200 m s.n.m., por lo cual la creación de una reserva natural en el área podría compensar los daños ocasionados para la fauna y flora en este frágil ambiente.

Afortunadamente, la existencia de tierras fiscales en el área permitiría crear en el corto plazo una reserva natural compensatoria, la que junto con la Reserva Provincial La Salina y el Cañón del Atuel, que por sus geoformas merecería protegerse como Monumento Natural Provincial, permitirían generar un modelo interesante de compensación ambiental y albergar el escaso hábitat de esta especie y de su congénere Liolaemus grosseorum.

Nota:
Cabe destacar que de esta manera se presenta una oportunidad sin igual de compensación ambiental a causa de obras de envergadura, lo que fundamentalmente hoy en día es visto con muy buenos ojos por las personas, cada vez más comprometidas con la problemática ambiental del país.

Lic. Bárbara Gasparri
Gerenciamiento Ambiental



15 de Julio de 2009

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