Tenía razón el legislador Roque Tobías Alvarez (PJ) cuando a mediados de este año advirtió que el Poder Ejecutivo debía reglamentar "con pies de plomo" la Ley 8.304, de Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos de Tucumán (Otbnt). La expresión, que alude a la cautela debida en la definición de situaciones que acarrean consecuencias graves, explica por qué el Ministerio de Desarrollo Productivo, por medio de la Dirección de Fauna, Flora Silvestre y Suelo, ha decidido plantear un proyecto de reglamento progresivo, cuyo primer objetivo es crear el marco administrativo para la formulación de los planes de conservación, manejo y aprovechamiento de los bosques nativos previstos en la Ley 8.304.
"Tucumán parte de cero en esta materia", reconoce el arquitecto Daniel Manso, director de Fauna, Flora Silvestre y Suelo, y encargado de coordinar el proceso participativo de elaboración del Otbnt. Esa inexperiencia ha obligado a definir una aplicación gradual de la norma que propone equilibrar la política medioambiental con la política productiva -y viceversa-, y que, en términos prácticos, obliga al Estado a pagar al ciudadano que recupere, cuide y enriquezca el bosque autóctono en función de un esquema de ordenamiento del territorio en tres niveles de protección: máxima (zona roja, 526.638 hectáreas), media (zona amarilla, 219.413 hectáreas) y mínima (zona verde, 164.461 hectáreas).
El borrador de la reglamentación se ajusta a una coyuntura financiera: el pago de los servicios ambientales que presta la superficie boscosa no procede aún del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos (Fnecbn), como prescribe la Ley 26.331, sino de una partida de la Jefatura de Gabinete nacional. Manso, que mantiene en reserva el proyecto "para evitar tergiversaciones", explica que el Fnecbn está a su vez pendiente de reglamentación y que esto depende de que el resto de las provincias sancionen sus ordenamientos (sólo 10 lo hicieron).
Si bien aún parecen lejanos los $40 millones que Tucumán aspira a recibir del fondo de la Ley 26.331, de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, el Gobierno de José Alperovich no quiere perder los $6 millones que este año le corresponden a la provincia en concepto del Otbnt y cuyo plazo de asignación vence el 31 de octubre. Por ello, Fauna, Flora Silvestre y Suelo ha resuelto convocar las primeras "ideas-proyecto" de conservación y aprovechamiento de bosques nativos mientras cierra el texto reglamentario (el objetivo es que el gobernador lo decrete este mes, 60 días más tarde de lo establecido en la Ley 8.304).
"En los próximos dos años vamos a pagar la formulación de los planes, la ejecución de un año del plan aprobado y trabajos de investigación aplicada que ayuden a la conservación de los bosques", precisa Manso, que calcula que a esta convocatoria sólo podrá acceder el Estado (respecto de los planes para las áreas protegidas) y los ciudadanos que "estén en el tema". "Sin capacitación, la aplicación del Otbnt es inviable", añade. Además, anuncia la apertura de dos cursos con matrícula gratuita dirigidos a 60 profesionales del sector público y privado cuyo trabajo final consistirá en el planteo de planes reales.
Pero la "idea-proyecto" convocada hasta el 31 de octubre es una instancia previa a la formulación del más complejo plan de conservación, manejo y aprovechamiento. Manso anticipa que esta etapa consiste en un formulario con requisitos básicos, como la acreditación del título de posesión de la tierra, y de la participación de un técnico registrado en la Dirección. Si la "idea-proyecto" es aprobada, su titular recibirá fondos para financiar la formulación del plan.
"Haremos un gran esfuerzo para acompañar y asesorar a los ciudadanos. En dos años actualizaremos la reglamentación, que, por la naturaleza de la materia, debe ser muy dinámica", promete Manso, que admite que el nuevo paradigma incluido en el Otbnt supera la estructura burocrática disponible. "Ni siquiera hay indicadores que ayuden a cuantificar el servicio ambiental", agrega el funcionario. Todo debe ser creado sobre la marcha con cuidado de armonizar el derecho colectivo a un ambiente sano con el derecho de dominio de los particulares. En un terreno tan delicado y nuevo, sólo los pies de plomo que recomienda el legislador Alvarez pueden evitar un catastrófico paso en falso.
Fuente: La Gaceta
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