Vecinos de Yerba Buena temen que la explotación del recurso dañe el cauce del río Muerto y la selva que lo rodea.
Sus habituales salidas para disfrutar de caminatas por las sendas de la Sierra de San Javier, en Yerba Buena, se transformaron en una creciente preocupación. La razón: observaron a diario en el río Muerto camiones y topadoras extrayendo áridos. En algunos casos, inclusive, se abrieron picadas en el cerro para llegar hasta el lecho, contó la vecina Estela Figueroa.
Lejos de cruzar los brazos, algunos vecinos constituyeron el grupo "No destruyan mi cerro", que tiene su versión en la red social Facebook, para llamar la atención sobre este hecho. Sus primeros miembros comenzaron a reunirse hace un mes y desde ese momento no paró de crecer. Hoy suman 35 personas que deliberan una vez por semana.
Según Figueroa, en el último año observaron que en algunas zonas el río fue ensanchado y se pusieron zarandas para separar al ripio fino del grueso. "Se abrieron verdaderas calles y en algunos lugares quedaron piletones de hasta tres metros de profundidad, que utilizan chicos de la zona para bañarse. Es un verdadero peligro", sostuvo.
Los más grave, agregó, es que detectaron lugares en donde se destruyó el monte para que pudieran llegar los camiones. "En donde antes había un bello paisaje hoy sólo hay destrucción. No queremos que la situación se agrave porque el río forma parte del patrimonio que debemos cuidar", dijo.
Por ello, en una reunión que se realizó en un gimnasio, de Lucas Cerúsico, otra persona interesada en la situación, se resolvió presentar pedidos de informes a la Dirección de Minería de la Provincia y a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). "Ya reunimos 300 firmas y vamos por más. En enero queremos poner en marcha una campaña de concientización porque hay muchas personas que desconocen lo que están pasando", expresó Figueroa.
Fuente: La Gaceta
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