Hace hoy 437 años, que don Juan de Garay, fundó la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, con la finalidad de poblar los territorios desde Asunción hasta el Río de La Plata.
Este primer emplazamiento no resistió las constantes inundaciones y el acecho de los aborígenes y en 1660, fue trasladada a la actual localidad.
Fue así olvidado su primer asentamiento, sólo recordado por un monolito hasta que en 1949 un equipo bajo la dirección de Agustín Zapata Gollán, dejan al descubierto las ruinas de Santa Fe “La Vieja”, conformando al día de hoy un complejo arqueológico y museo de sitio y para mayor regocijo la provincia creó en 1970 la Reserva Provincial “Cayastá”, de 300 hectáreas, dando así protección al ambiente natural que fue el marco de semejante gesta, reserva que en 2003 fue ratificada y recategorizada como Parque Provincial.
El ambiente protegido corresponde a la ecorregión “Delta e islas del Paraná”, de este modo la conservación de nuestro patrimonio cultural va de la mano con la conservación del medio ambiente.
Para ilustrar este recuerdo traigo un párrafo escrito por José S. Álvarez, -Fray Mocho-, quién si bien fue entrerriano, su pluma dejó imborrables descripciones de ambas orillas del Paraná, como sólo un agudo observador del medio como él saben hacer.
“La población más heterogénea y más curiosa de la república es, seguramente, la que acabo de visitar y que vive perdida entre los pajonales que festonean las costas entrerrianas y santafesinas, allá en la región que el Paraná se expande triunfante.
Que imponente y que majestuoso es allí el gran río, con sus embalsados que parecen islas flotantes; con sus pajonales impenetrables que quiebran la fuerza del oleaje y defienden del embate continuo la tierra invasora que poco á poco lo estrecha y que ya luce orgullosa la diadema de seibos y de sauces; con sus nubes de garzas blancas que al volar semejan papelitos que arrastrara el viento; con sus bandadas de macáes que zambullen chacotones persiguiendo las mojarras entre los camalotes florecidos y con sus nutrias y sus carpinchos y sus canoas tripuladas por tripulantes de chiripá, que parece que allí no más á la vuelta del pajonal, han dejado el caballo y las boleadoras.”
Fragmento de “Pinceladas”, capítulo del libro “Un viaje al país de los matreros”
José Sixto Álvarez (1858 - 1903). Escritor y periodista, famoso por sus retratos costumbristas y de época, escribió en numerosos periódicos y fue director de la revista Caras y Caretas.
Comentarios
#1 Maria del Carmen dijo: 15.11.2010 - 12:31hs Me parecio muy interesante este breve fragmento de la historia de mi provincia,esta buenisimo recordarlas de esta manera ya que la mayoria no leen los libros..!!!me gusta